martes, octubre 21, 2008

Al otro lado del mostrador...

Hoy puedo decir que soy un poco más sabia y más madura... Aunque eso se lo deba a una de las experiencias más inmaduras y estúpidas de mi vida...
No importa si se es la novia perfecta, la esposa abnegada o la concubina más fiel... Cuando un hombre quiere alternativas las busca, las procura, las obtiene.
No pretendo salvarme de la responsabilidad de mi decisión, pero ciertamente yo no tengo más que perder, ya lo dejé todo en el camino... En cambio "El" sí, y si no le importa, a mi tampoco, si no le preocupa, a mi tampoco.
Las mujeres pasamos la vida culpando a otras mujeres de los cachos que vienen y van sin darnos cuenta de dos cosas:
1. Si el hombre que está contigo no te respeta, ¿por qué yo tendría que hacerlo?
2. Si él busca a otra mujer, no por amor ni por estabilidad emocional, ¿qué estás haciendo para fomentar eso?
Todas hemos sido la mujer perfecta y luego lloramos días, semanas o meses por la presencia de una "extra" en nuestra relación... Pero de quién es la culpa, de la extra? del individuo? de "Miss Perfect GF"?
Las circunstancias cambian, y no tengo una respuesta universal, pero sé que yo me pasé al otro lado del mostrador para saber cómo es, qué se siente, y sé que sólo soy responsable de lo bien que me lo pasé, de lo rico que fue y de mi nueva comprensión acerca de la volatilidad de las relaciones humanas...
La lección me sirvió a mi, a mis amigas que tanto han padecido en medio de relaciones patológicas e, inclusive, a un par de amigos hombres que están sorprendidos ante mi cambio de papel:
Hoy soy la mala, mañana quizá retorne a la perfección.

lunes, octubre 13, 2008

A-D-I-Ó-S.

Llegó el día... Después de meses pensando en cómo sucedería me tocó decirle Adiós a alguien particularmente especial para mi, pero no con un pañuelito blanco, ni on un largo beso, menos aún con miradas melodramáticas. No.
Dije adiós vía mensaje de texto, con sólo 120 caracteres y sin una pizca de sentimentalismo. La razón? Falta de tiempo, o mala suerte, como prefieran verlo.
La verdad es que entiendo por qué algunas de mis amigas lo ven con algo positivo, nadie quiere ver llorar a otra persona y sentirse responsable, tampoco guardar como último recuerdo un triste discurso sobre los recuerdos que quedan y los momentos que se extrañarán... Esas cosas es mejor guardárselas.
Por eso, en el fondo me alegro de no haberme despedido de él y tener como última imagen una cena riquísima, el bochinche de unos video-juegos y un beso breve que prometía un nuevo encuentro (que nunca se dio, obviamente)
Ese día estaba feliz, estaba segura de que compartir los últimos 9 meses de mi vida con él no fue un error ni una locura, fue una experiencia que me dejó más fuerte e inteligente... Y que sirvió para aprender que lo importante no es creer que conoces a una persona, es permitirle mostrarse como es y aceptarla así.
Ahora sí tengo luz verde para extrañarlo, para llorar unos días y luego esperar noticias que me llenen de envidia y alegría, porque sé que está feliz y ahora apenas empieza una experiencia que cambiará su vida... ADIÓS!